Al fin hicimos la salida a Las Piedras (había quedado pendiente desde el año pasado). Aunque habíamos hecho dos aproximaciones previas, ésta cuenta como la salida del grupete.
La idea era hacer "monte bike", así que nos fuimos en el Hammer de Rafa hasta la vieja estancia.
Antes de empezar, un impresentable llevó la bici fuera de condiciones. Mas tarde se la cobramos...
Arrancamos la prueba y vamos hacia el monte.
Primera parada, para contemplar un arbol impresionante. No nos pusimos de acuerdo en la especie.
El arroyo. Un paisaje increíble que conocemos desde chicos, pero que no deja de impresionar. Nos sacamos el gusto de recorrerlo por el agua (obviamente a pie).
Volvimos al monte, que por momentos se vuelve impenetrable. Imposible andar.
Y el que siempre tiene problemas con los pinchazos, en acción. Con todas las protecciones y cubiertas especiales, metió cuatro pinchazos en una rueda... (no será por el peso???)
Después de un trecho de monte, llegamos al río.
Mi Mongoose al acecho de "las piedras" que dan nombre al paraje y estancia.
El temerario team leader... sobre un tronco queriendo desbarrancar. No paso nada (falsas espectativas las nuestras que esperabamos la caída).
Nido de loros. Azote bíblico que perjudicó -pese a todo- nuestra salida por el monte y lastimó las ruedas.
En este viejo quincho abandonado improvisamos una gomería.
Y seguimos por el monte. Muy cerrado.
Volvemos a cruzarnos con el arroyo.
En el arroyo encontré éste fócil. Una escama o placa de caparazón de gliptodonte.
Se supone que nuestro amigo era más o menos así, menos mal que no nos topamos con ninguno...
Y de vuelta al casco de la estancia porque el sol ya empieza a bajar.
Fachada de la casona de la Estancia Las Piedras. Según su cuidador (un lujo), este campo en sus orígenes era propiedad de García de Zúñiga.
Los cansados.
Preparando la vuelta.
Y nos fuimos por el sendero de eucaliptos.
Como no se puede preservar lo que no se conoce... éste fue nuestro aporte.
